Vuelta al mundo - Gran Raid por el Asia Central 2013
 

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GRAN RAID POR EL ASIA CENTRAL

ABRIL-OCTUBRE: 2013

España, Francia, Suiza, Alemania, Polonia, Ucrania, Rusia, Kazajstán, Kirguizistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán, Armenia, Georgia, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia, Italia, Francia, España

Total: 23 países —10 de ellos nuevos

141 días de viaje:  5  MESES
     32.000  kilómetros  de RUTA

 

Poco a poco iremos poniendo fotos, insertando relatos del viaje y colgando vídeos. De momento os dejamos este aperitivo:

1.- El Cañón de Yangikala, en Turkmenistán —¡Precioso!—.
2.- Esto es Elton John en Turquía, os gustará.
3.- Las Puertas del Infierno, en el desierto de Karakum, Turkmenistán.
4.-Dos cineastas en apuros: no os perdáis los diálogos: puritito Shakespeare en Rusia!!.
5.-Sobre la marcha: aprendiendo a manejar el vídeo por Rusia.
6.-Entrando a Kirguizistán: como veréis, este país, que no pide visado, es precioso y virgen.
7.-Obras en Kirguizistán: Acabamos de pasar la frontera, desde Kazajstán, cruzamos el primer puerto…
8.-Matanza en Samarcanda: Como todavía se hace en los pueblos y caseríos de Europa, a 50 metros del Mausoleo de Timur, o Tamerlán, la vida nos sorprende con una escena cotidiana rara para los urbanitas. 

¡Un saludo a todos!    


I) San Sebastián-Ucrania





Francia: las Gargantas del Tarn; una maravilla, y muy cerquita de casa… Eso sí, un poco de rasca por la noche en abril, pero, bueno con la Webasto no problemø…




Berlín: vaya bugas que se gastan los alemanes!!



El Berliner-Dom: la catedral de la ciudad. 




Polonia: cerca de estos bosques estuvimos viendo los últimos bisontes europeos. 



Polonia: precioso amanecer; todavía hacía frío: estamos a mediados de abril…



Una de las muchas iglesiucas de la muy cristiana Polonia. La verdad es que las hay preciosas. 



Cherchez la femme!



Canelo se nos ha colado en un hotel de lujo: no hay nadie; lo tenemos todo para nosotros: tomamos café y conectamos (a duras penas) con Internet. Estamos ya cerca de Ucrania. 



Todavía no sabemos qué construcción era ésta; parece la casa de Pipi Calzaslargas…



Lviv, Ucrania: la iglesia principal de la ciudad. Poco antes nos encontramos a un español que nos ayudó a entendernos con un guardia (que sólo quería ayudar, todo hay que decirlo). Llevaba 14 años viviendo en Ucrania y estaba encantado de poder hablar en castellano… Desde aquí un recuerdo… De León creo que era…



Una vela a Dios y otra… (por si acaso…). 



¿No os dije que eran muy bonitas las cúpulas de cebolla ortodoxas?



Y el templo en sí lo tienen impecable…



Puente sobre un río de cuyo nombre no podemos acordarnos, era antes de llegar a Ucrania (¿sería el Vístula?). 

El abuelo de Canelo; estamos en los Cárpatos. Esta noche dormiremos junto a un chalé de montaña totalmente nuevo y vacío, invitados por el dueño, que sólo lo usa en temporada turística y vive en una granja cercana… Por la mañana nos invitó a ver el chalé por dentro y a un café caliente… Un encanto —desde aquí nuestro saludo y un recuerdo…

II) Ucrania-Crimea





Una conmemoración heróica un tanto "kitsch"… Es frecuente encontrar monumentos militares pensados para ensalzar las grandes gestas, reales o imaginarias (como todas), de las distintas ex repúblicas independizadas… Todas tienen a nuestros ojos un aire de opereta entre enternecedor y grotesco que les confiere un cierto encanto.



En los Cárpatos, una especie de "little-Suiza" ucraniana, muy bonita. La primavera empieza a acercarse y por las noches ya no hace frío (aunque la cale nos ha sacado de apuros en Francia, Alemania y Polonia). Esta noche dormiremos bajo un magnífico cielo estrellado al que ni siquiera la luna llena logrará eclipsar…


Se ve que aquí se toman muy en serio esto de los huevos de Pascua…  :D 




Lo que no sabíamos es que en este "bar de carretera" nos íbamos a encontrar a una legión (literal) de militarotes rusos de 19 a 45 tacos, bebiendo y alborotando. Muy amables y simpáticos. Y lo que tampoco sabíamos era que justo enfrente de este tejado azul lo que había era… ¡¡ una cárcel !! ¡Por eso los militares! (Y nosotros sacando fotos… No si cuando yo digo que Dios protege la inocencia…)




Una de las muchas iglesias de Ucrania, algunas son realmente bonitas y acogedoras.










Ya se ve que el Canelo nos llena de orgullo…




Y hablando de cosas "kitsch", qué os parece este "Hotel del amor"… Vivir para ver… Era precioso, de puro cursi… ¡Y tan elocuente…!



Este monumento también era digno de verse; después del amor, la guerra… Si es que no aprendemos… Por cierto los países ex soviéticos están todos plagados de monumentos al orgullo militar. En Odessa había hasta un tanque (y no fue el único del viaje) en un parque público con los niños subidos encima y manejando palanquitas y ruedotas… En Lviv pasaba tres cuartos de lo mismo… Contrastes…



Ya no recordamos el nombre de este precioso castillo; creo que estamos empezando a parecernos a esos viajeros-centrifugadora que te dicen: "Oye, tienes que ver las Cataratas Victoria, del Vietnam, chico ¡son la pera…!". ¿Será que los extremos se tocan? 










Bueno, y las clases de esgrima, ¿quééé…? (Estaba permitido, eh, que luego me criticáis y eso…) [Pero qué estilazo…; y la fotógrafa muy oportuna, claro



Nos acercamos a la frontera con Rusia, es el puente sobre el río Dniéster, como puede leerse en el cartelito azul… Al otro lado no había ninguna indicación y dimos varias vueltas por el pueblo, con el asfalto escacharrado, hasta que al fin nos orientamos, preguntando claro… (Luego pondremos un utilísimo vocabulario de emergencia ruso-español —la monda—.) 







En esta ciudad (creo que era Kamyanets-Podilsky), ya en rusia, conocimos a unos jóvenes ingenieros ingleses que se dedicaban a vender cemento (sí, sí, cemento) para "asfaltar" las carreteras de la estepa (falta les hacía: son las peores del mundo —con permiso de Kazajstán y Turkmenistán—; en cambio Uzbekistán, Kirguizistán y no digamos ya Irán están bien.
La ciudad vale la pena, es muy histórica, y tiene un castillo medieval digno de verse; no le sacamos fotos (porque nos olvidamos la máquina en el buga, como siempre), pero nos recibió con una maravillosa luz de atardecer que se nos ha quedado en la retina…







Ésta es la "casita" junto al lago que nos mercamos para comer por la zona: puro usufructo de una hora o cosa así: eso es lo genial de viajar de esta forma: la libertad (siempre que te dejen las autoridades —aunque eso, las limitaciones, no se dan en esta zona, sino casi exclusivamente en los "entornos controlados" de nuestra obsesiva Europa—). 



Sin palabras…




Ñam… ñam… A veces también tienen que cocinar otros… 







Camino de Crimea…




Y éste es la casita en la pradera para pasar la noche… Los pajaritos se recogen con nosotros. La paz es absoluto. Ucrania y Rusia son dos paraísos de la pernocta en descampado. Nadie te molesta. La seguridad es total. Y los paisajes maravillosos…




Ni el Di Caprio ése (que conste que Bea no quiere salir, que si no…). 




Como diez fotos nos costó sacar ésta medio bien… Esperáisus a que la photoshopee y veréis… 




Otro monasterio anónimo (el año que viene tendría que ponerme a esto in situ, es que si no se nos olvida todo… Pero, a fin de cuentas, ¿qué importan los nombres? El nombre no es la cosa, que decía el sabio… Lo fundamental es vivirlo, no sabérselo… (Ya, ya, pero para contárselo a otros es bastante práctico eso de decirles dónde está lo que ven…, pero…).




Precioso interior de una iglesia local… En una de éstas vimos la primera síntesis de tecnología y arte religioso: un neón tipo "Las Vegas" con frases de la Biblia y motivos piadosos… Chulísimo (Y hasta el concilio Vaticano II estas cosas estuvieron absoluta y terminantente prohibidas: todo tenían que ser velas; ni bombillas para leer la homilía ni gaitas: a cirio limpio… Cosas…). 






Tras un tobogán de puertos en los que se alternaba el verano con el otoño (pero como cuatro o cinco veces), al coronar uno de ellos, en plena cordillera de no sé qué, la fantasmagórica aparición de una ermita consagrada a los sufridos marineros y sus mujeres e hijos… (?) 




III) Crimea-Alma Ata

—L'aventure commence…





Seguimos entre iglesias… Aquí se respiraba verdadera paz… Atardecía y había que buscar sitio para dormir… Lo encontramos poco depués en un bosque desde el que podíamos vislumbrar, a lo lejos, este mismo templo…





Vista desde otro ángulo




En el interior había algunos fieles… Y una luz muy especial (aunque el filtro es un pedazo de vidriera naranja colocado en la puerta de entrada; la nave principal se protege del frío invernal por una especie de doble atrio cerrado, que ahora en primavera está abierto). 




Un hermoso icono ortodoxo.





Y el Pantócrator, que no falte… 




Bueno, aquí la tenéis, en todo su esplendor: la bandera de Ucrania: una banda azul cielo sobre una franja gualda… Fue así durante kilómetros y kilómetros. Lo mejor era dormir entre dos campos de alfalfa de estos. La tranquilidad era total, y el olor a campo, ni os cuento… No sé, son cosas que nos gustan más que un hotel de lujo (aunque de cuando en cuando ya nos gustaría)…





Llegamos a Elistá, una ciudad en la que, de pronto, cerca ya de Kazajstán, todo el mundo tiene rasgos asiáticos, y Asia se cuela de pronto como un viento repentino en todo: en la arquitectura, las calles, la decoración, los templos, todo… 




Era día de feria…




Y los crios se lo pasaban pipa, como en todas partes (si les dejan)…




Fernando Alonso, tiembla que te están cocinando ya a un sucesor (de Vettel ni hablo)…




¿No os lo había dicho? De pronto una pagoda… Europa ha quedado atrás… ENTRAMOS EN EL ASIA CENTRAL.







Los rostros son ya de otro continente. Y la amabilidad también…







Llegamos al templo Budista de Elistá: nos guió hasta él una especie de Ángel blanco salido de la nada, una jovencita etérea de sonrisa imborrable que se prestó a llevarnos hasta la puerta misma de la Stupa, y no estaba precisamente cerca del centro donde se encontraba la feria y habíamos aparcado el coche.




Impresionante… ¡Y muy bello! 




La escalinata de acceso…



Y el interior: un enorme buda naranja y oro; aunque no es el más grande que hemos visto (en mongolia vimos uno en el 2009 de diez metros de altura) sí que tiene el mérito de ser un robado: no se podían sacar fotos, pero no lo sabíamos —hasta que sacamos ésta y nos dijeron que nones—. Gracias a la posproducción se puede ver bastante, porque el original estaba superoscuro (me había olvidado de cambiar los settings de la máquina, regulada para la luz de fuera…). 




Bueno: esto es el Delta del Volga, un lugar magnífico, con caballos salvajes, los fluviales 
brazos del Padre Volga repletos de carpas, truchas y otras delicias y no sé cuántos kilómetros cuadrados de bosque intacto. 




Éste es nuestro campamento: Por la mañana vino un pequeño harén de yeguas con potrillos y un garañón muy nervioso que las fajaba de cerca.







Esta carreterita o pista se internaba en los bosques por la margen izquierda del brazo principal del Volga. Debería estar repleto de aves migradoras, pero es posible que hayamos llegado algo adelantados. Había pájaros, pero sólo los normales… Poco después debe de ser una fiesta, dicen que se parece a la Camarga en primavera.




Este es nuestro campamento en las praderas aluviales, ahora secas por las variaciones estacionales del curso del río. Nos quedamos dos días: un paraíso. No había nadie; sólo nosotros y las puestas de sol. Por no haber no hab-ía ni mosquitos, algo que no pudimos disfrutar en otros campamentos del viaje.




Frío ninguno, todo lo contrario…




Y ya tenemos instalada la oficina. En este viaje, por su longitud, hemos tenido que trabajar. Y como no tenemos portátil nos hemos "porteado" el sobremesa de casa. Se portó muy bien, y ahora sigue funcionando perfectamente de vuelta a su lugar habitual. 




Un iMac viajero: los de Apple me deberían subvencionar, ¿no creéis? 




Cruzamos el Volga, Volga, el cauce principal, se acabaron los deltas: éste es un puente de pontones, uno de los varios de este viaje, bamboleante, chirriante, grasiento, ondulante y prohibido: esta foto es un robado. Al otro lado está todavía Ucrania, pero por poco rato: en unos kilómetros vendrá la odisea de la frontera de Kazajstán: 5 horas, las llaves dentro del coche y todo cerrado, mi mujer al otro lado de la frontera, yo todavía en Ucrania, no puedo ir al otro lado, donde me espera Bea (separan a los viajeros de los conductores), porque mi visado es de una entrada y una salida: si entro a kazajstán y vuelo a entrar (con la llave que tiene Bea) a Ucrania, no podré volver a salir: ridículo. Una chica local que habla algo de inglés me da la solución. Hago los trámites de pasaporte, monto con ella en su coche, paso de estrangis la frontera, me quedo en el coche, la mujer sale, encuentra a Bea por las señas que le he dado, coge la llave, me la da, salgo del coche, cruzo a pie el puente internacional que separa las dos fronteras, con la cabeza gacha, disimulando, espetando que ningún poli me pare, cruzándome en sentido inverso con las oleadas de kazajos que, abrumados por el peso de unos enormes hatillos de tela, ropa, muebles, herramientas y vaya usted a saber qué más, parecen mulas andantes. Me cuelo entre ellos porque me camuflan bastante bien. Llego al otro lado: ya puedo abrir el coche: sólo me quedan tres horas de papeleo absurdo, una aduanera pintada como una puerta que pasa de mí como si le hubiera hecho algo, un aduanero con galones que, de repente, cuando la tipa (no tenía otro nombre) ya se está ocupando al fin de mi "passport car", le empieza a meter mano por la cara delante de todos como diciendo: véis a la buenez ésta: pues ya véis quien manda aquí. Violentísimo. Y ella; "para tonto", pero se deja… Tres cuartitos de hora de vídeo barato… Por fin me dan la papela y puedo salir… Antes de llegar al otro lado del puente, esta vez en el coche, un oficial del ejército sale a mi encuentro. Tiene la barrera bajada: es como un oso. Mete su cabezota por la ventanilla del coche, mira por todas partes… Qué es eso… La radio, quiere verla: NO. Me fulmina con la mirada, pero a estas alturas tengo ya un cabreo tal que creo que me lo podría comer crudo. Me toca el bulto del bolsillo donde tengo la cartera; "¿Qué es esto?" NADA. "Sí, sí" (bueno "Da, da"); "Money, money". Que NO. que no tengo nada. Saco la cartera. Sé que tengo unos dólares en un compartimento pero que el otro está vacío. La saco rápidamente y le enseño la parte vacía. NO HAY NADA. EMPTY. NO MONEY. NIET. Vuelvo a meterme rápidamente la cartera en el bolsillo. El tío insiste. Ha visto una puntita diminuta de papel blanco que sobresale del otro compartimento.Esto ya es pasarse de la raya. Vuelvo a sacar la cartera, vuelvo a abrirla por dónde no hay nada. 
"Money, money" insiste el oso. NOOOO MONEYYYY le grito lo suficientemente alto como para que puedan oírme desde el exterior. El oso saca la cabezota del coche. Sé que les pueden poner multas muy fuertes o cosas peores si exigen mordidas. El gobierno kazajo quiere erradicar esta "costumbre" de la corrupción policial porque sabe que el turismo puede reportarle cien veces más que esos cobros particulares. He reaccionado instintivamente, pero me sale bien. El oso se yergue; es un cosaco tamaño armario ropero. Me mira con mala cara y levanta la barrera. Al otro lado Bea me espera, desesperada… Pero ya estamos en Kazajstán.




Kazajstán; entrando por el Este tenemos por delante 3.000 kilómetros de estepa, desierto, pistas infernales, camiones del fin del mundo, camellos bactrianos y aire puro… ¡Justo lo que veníamos buscando! Esto es como el viejo oeste americano pero son los indios. Y no tardaremos en comprobar que la hospitalidad nómada es, también en Kazajstán, una de las mejores cosas del viaje.




Un alto para comer…




Hermosas fuerzas de la naturaleza: esto sí que es un todo terreno, todo clima, toda sed y toda hambre… Y ojo, que son grandes…







Canelo con unos primos lejanos de fabricación rusa: solo las ruedas miden un metro treinta…







Y éste es el padre de los anteriores: el mismo modelo, pero con treinta y tantos años a la espalda: abandonado en medio de la nada, con el motor roñoso y sin más que la mitad de las piezas; la carlinga abierta todavía conserva las palancas de cambios, el volante y un par de cuenta cosas. Los neumáticos, agrietados, desgastados por el permafrost de la tundra, parecen las uñas de un dragón despanzurrado… Made in USSR… Me encanta. Estas cosas sí que son duras…




Os presentamos las "toilettes" esteparias: en frente hay un bar de carretera, el único en doscientos kilómetros… Aprovechamos para tomar un nescafé ruso con agua caliente y pedir permiso para pasar la noche junto al pequeño edificio de una planta (no tendrá más de 70 m2) como medida de seguridad (aunque no hay peligro, siempre está bien saber que los dueños del establecimiento duermen en el mismo bar). Se portan encantadoramente bien con nosotros. Secos, pero sonrientes; así son los kazajos: serviciales pero rudos; y a partir de las siete de la tarde, borrachera al canto… Pero no hay problema les da dormilona, cantarina, proclamativa y demás, pero no agresiva ni (demasiado) plasta… Nos dejan a nuestro aire…




Pensáis que es una buena carretera: ERROR… Es un tramo de un par de kilómetros, perdido entre nada por delante y nada por detrás (?). O peor aún: un tramo de otros dos kilómetros bien asfaltado entre dos tramos de 30 kilómetros cada uno de "redecilla de asfalto". ¿Ah, qué no sabéis qué es la redecilla de asfalto? Veréis: son croyos o bujeros de diferentes tamaños: los pequeños son como para esconder una lavadora dentro: en los grandes cabe mi coche entero y algo más. En los minúsculos sólo cabe la rueda. Todos tienen el borde de asfalto vivo, irregular: unas verdaderas fauces corta-gomas. Entre medias queda una cintilla de asfalto deshecho (la redecilla) que te muerde las ruedas estupendamente. Menos mal que el Canelo es un tipo duro… De Atyrau a unos 150 kilómetros de almaty (donde la carretera es de placas de cemento y se puede rodar muy bien) nuestra velocidad media es de 22 kms/h; diez horas al día de ruta para avanzar algo… Pero no hay prisa… Eso es para la ciudad…





En muchos sitios optaremos por salir a la estepa: es mejor que arriesgarse a coger velocidad y un bache: la foto no nos hace justicia: no tuve paciencia para bajarme y hacer fotos de las partes verdaderamente machacadas: Ucrania, Kazajstán y Turkmenistán (salvo la capital, que es como una casita de muñecas totalmente surrealista, ya veréis) son los países con el peor asfalto que hemos visto jamás… Vale más ir por la tierra… Lo hacen hasta los trailers (sí, sí, trailers, por aquí hay bastantes: uno o dos al día; y son caballeros de la ruta: te ayudan, le orientan y te aconsejan; CHAPEAU para los camioneros !!!!






Un parque en pleno Kazajstán, en la ciudad de Aralsk: recuerdos de la victoriosa flota de helicópteros de la ex república soviética…






Seguimos adelante; queda todavía mucho hasta Baikonur… Y por cierto: no es un montaje, la pista se bifurca. Aquí es cuando te acuerdas de la familia del camellero que, treinta kilómetros antes te ha dicho (en nuestro estupendo ruso —ya veréis, ya)— que "no problem"; "follow MAIN  track"; ¿cuál es la main track aquí? Por cierto viajamos siempre sin GPS: se estropean, valen caros, te aíslan de los lugareños (porque vas como si supieras el camino), se quedan sin baterías, o sin cobertura, o no puedes descargarte el software… A la M… Mapas de papel y preguntas a la gente… Que no la hay… Ahhhh! pues eso es el viaje… Sorpresa… El destino… Muchas veces (por no decir siempre) se hacen planes imprevistos que son lo mejor del viaje… Pero como nos han lavado el cerebro con esta manía de vivir en "ENTORNOS CONTROLADOS"… En fin…




Y además hay hasta carteles… (unos 4 ó 5 en todo Kazajstán, pero los hay)…




Me encantan los camiones rusos. ¿Será porque me recuerdan a los viejos juguetes de mi infancia? Desde luego, la droga viajera tiene seguramente raíz psicoanalítica, pero ¿a quién le importa? Viajar tiene sentido por sí mismo…




Cine mudo…













Bueno, ya estamos en Baikonur. LLegamos hasta la mismísima garita de entrada el cosmódromo; al fondo; más allá del edificio ése que veís al fondo. Nos pararon frente a un guardabarrera tres oficiales del ejército ruso (Baikonur es un islote de territorio ruso en pleno Kazajstán, faltaría más…). Fueron muy amables, pero ya sabíamos que para entrar y ver las naves había que ser ahijado de Putin, y como que no es el caso… Hay que tener visado de entrada a Rusia; permiso especial para entrar a Baikonur, y presentarse con una autorización oficial y en visita guiada… Vamos, que no hubo forma. Intentamos "comerles el coco"; que si venimos desde España sólo para esto; que si nos haría mucha ilusión; que si la tecnología rusa es admirable; sin fotos; solo cinco minutos; cinco nada más… Por un momento, el capitán (al que habían mandado llamar los de la garita, al ver que no teníamos demasiada intención de irnos a las primeras de cambio), pareció vacilar; casi se le encendió el interruptor de "venga, vale, ¿qué pueden hacer estos dos panolis si les dejo entrar…? Pero supongo que el problema era lo que le podían hacer a ÉL los "NO-PANOLIS" del Kremlin como la cosa trascendiera… Total, que lo vimos de lejos… Pero aun y todo valió la pena…




Este río os va a sonar… Es el Sir Daria… Nada menos… Límite septentrional de las conquistas de Alejandro Magno… Nace en los Montes Tian Shan (la Montaña celeste), de Kirguizistán, y va a morir en el Mar de Aral —hoy casi completamente seco; de hecho lo atravesamos en parte a neumático enjuto—. 





Un fantasmagórico camión agrícola. 




Ahora lo véis mejor…




Al fondo, como a unos 1.500 kilómetros, está Almaty, la legendaria y antigua capital de Kazajstán, hoy desplazada administrativamente por Astana, aunque la vida y la "modernidad" (increíblemente "rusa", con lo que todo eso significa de cochambre, chapuza, desprecio al individuo, etcétera) están en Almaty —una ciudad más cara que París: un ejemplo: dos capuchinos helados en una terraza céntrica: seis euros cada uno (cuando en todo Kazajstán, un café vale unos 20 céntimos como máximo…). 




Las ruinas de Sauran; en plena estepa… Casi nos las saltamos… La verdad es que no eran precisamente despampanantes, pero sí evocadoras…




Contrafuertes de la ciudad que un día floreció aquí mismo, cuando el agua y los ríos hacían de la estepa un vergel… Eso era en tiempos del imperio mogol… (Del que los kazajos se reconocen descendientes, mientras que en Turkmenistán lo aborrecen, ya que la civilización turkmena de Merv (la tercera cuna de la humanidad, con Egipto e Israel —y Grecia y Roma y Persia y Jaipur y…, diría yo) fue arrasada hasta no dejar —literalmente… piedra sobre piedra por los mongoles, en el siglo XII). 







Las murallas, señoriales a pesar del paso del tiempo…







Bueno, llegamos a la civilización. Estamos en Turkestán, una ciudad de Kazajstán. Nos alojamos en el mejor hotel de la ciudad. 25 euros la habitación. No hay agua, salvo de no sé qué hora a no sé que hora; los grifos del lavabo bailan la conga; no hay aire acondicionado; la puerta hay que cerrarla a tortazos; abrirla requiere una dura negociación con la cerradura; decían que habñia WiFi, pero es trola; el parking es un patio trasero, y nos quieren cobrar extra… Pero ni flores… Y son embargo para nosotros es un palacio… Sólo llegar hasta aquí ha sido una aventura… Lo que aquí véis es el mausoleo de Khwaja Ahmad Yasavi, un santo muy venerado en todo el islam. Es también una tumba timúrida. La ciudad fue atacada en su dñia por Gengis Kan; y Tamerlán vino a fallecer en ella (por eso la tumba)…





De las cúpulas de cebolla de las iglesias ortodoxas rusas a las cúpulas islámicas —un mundo nos separa de Europa—. 




Detalle de unos azulejos del mausoleo…




La fachada del mausoleo…




Y la trasera: las vigas vistas, de ochocientos años, entre las que revolotean cientos de golondrinas y vencejos, le dan un aire totalmente exótico… En el interior hay una gran vasija de bronce, de la estatura de un hombre adulto de pie, cubierta de inscripciones y arabescos… Tiene capacidad para mil litros de agua (un tesoro en estos pagos) y fue un regalo de Gengis Kan a sus recién conquistados súbditos… Que quedaron cautivados ante el "señor del agua"…













Seguimos ruta. A la salida de Turkestán nos visita una reata de vacas…




Un día de picnic… Un lugar hermosísimo, perdido en la Reserva Nacional de Aksu-Zabaghli… Una maravilla… Las Reservas y los Parques no están vigilados por aquí, no es como en Yellowstone (a dónde esperamos ir algún día), o en otros sitios, donde todo está reglñamentado; aquí la naturaleza es tuya… Como lo ha sido siempre desde el Neandertal hasta ahora, desde que los solidarios ¡cazadores nómadas, que tenían que ayudarse para sobrevivir y que nada poseían, salvo su zurrón y su lanza, empezaron a sedentarizarse, inventando la propiedad privada (colocando estacas en torno a un pedazo de tierra y profiriendo la primera gran estupidez de la civilización humana: "esto es mío…") e iniciando así la sospecha, el recelo, el miedo al robo, la envidia, la protección, el aislamiento, la (mala) distribución de la riqueza, etcétera, etcétera…




Nos acercamos a Kirguizistán; está al otro lado de esos montes (o mejor de esa cordillera)… Perto aún nos queda mucho tiempo y cosas que ver en Kazajstán… De momento sólo las bordearemos… Luego nos internaremos en ellas, hasta llegar al lago Bolshoe Almatinskoe (gran lago de Almaty) y al abandonado (o casi) observatorio astronómico donde miuere la carretera, más allá del lago, a 2.800 metros de altura… Pero no adelantemos acontecimientos.




Camposde amapolas en Kazajstán… Los hay a centenares… Y nos siguieron durante varios cientos de kilómetros… La estepa seca va quedando atrás… Estamos en el Kazajstán oriental…







Ésta es la subida al lago Bolshoe Almatinskoe…




El coche notaba la altura, a pesar de tener un compensador de altitud (supongo que sin él andaría perdido)…




El paisaje es impresionante… Y todo para nosotros… 




A medida que subimos la nieve perpetua se hace omnipresente… Estamos a finales de mayo…




El lago, con sus aguas turquesas… Silencio absoluto… Roto por el grito de guerra de algún águila de las muchas que hay por aquí… Belleza…




El color del lago cambia constantemente con la luz… Ahora no hace nada de frío… Pero en invierno se hiela… Hay militares en una de las orillas… Nos observan… Y nosotros a ellos, pero están tan lejos que tanto ellos como nosotros necesitamos prismáticos… Es zona de contrabando… Al otro lado de los montes, a menos de 40 kilómetros de caminata entre valles altos, está Kirguizistán…







Por fin llegamos al observatorio… Entramos en él, después de merodear un rato para permitir que nos vean… Encontramos a un científico solitario… Nos invita a un té… Se va a prepararlo y desaparece por un larguísimo pasillo repleto de crujidos y sonoridades extrañas; no es tétrico, sólo extraño… Esperamos un buen rato… Al cabo de 20 minutos aparecen dos jóvenes rusas con una camilla; desaparecen por una de las mil puertas del ventoso corredor… De nuestro científico no se sabe nada… Esperamos aún un rato más… Nada… Será que se le ha acabado el té… Nos vamos… Quizá todavía lo esté preparando… 










Llegamos al este total de Kazajstán. Estamos cerquísima de China… Pero China es muy difícil… Pasar con coche cuesta un dineral… Requiere guía obligatorio… De momento es imposible… Nos hubiera gustado bajar por toda la Karakorum-Highway hasta la mítica Lhasa, cruzar Nepal, bajar a Bhután, el reino de la felicidad, Bangladesh, y volver por La India, Pakistán e Irán… Por no decir que nos hubiera gustado seguir: Vietnam, Laos, Camboya, Birmania, Tailandia, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda, Nueva Caledonia… Pero, qué le vamos a hacer; de momento eso son palabras mayores… Pero no abandonaremos fácilmente… Si hay que hacerlo a cachos se hace a cachos… Tiempo al tiempo… 
Por cierto: estamos a las puertas del Parque Nacional de Ile-Alatau: una maravilla en la que viviremos, dormiremos y pasearemos durante tres días.







Canelo está espléndido… Va como si tal cosa, como si hubiera ido a comprar tabaco a la tienda de la esquina… Es un jabato…




Al pie de las montañas Negras… Enfrente las Montañas Blancas (aquí no las veis, pero en la siguiente foto sí…). 




Allí, al fondo… En realidad no son blancas (o mejor dicho sí: sólo son blancas cuando las ves de lejos; a medida que te acercas se van volviendo pardas y luego grises o negurzcas… —¿Curioso, no, que las montañas también haga publicidad engañosa?). 








Bueno, aquí sí que se ven blancas; pero al fondo: las de cerca, parduzcas, parecían blancas a tres kilómetros y lo mismo ocurre con las que ahora veís blancas: es fácil perderse, por cierto, con tanto juego de caleidoscopio…







El aire es tan puro que hasta la montaña se ha puesto narices para respirarlo…

IV) Alma Ata-Samarcanda
—Llegamos a Uzbekistán… País de Las mil y una noches

We arrive to Uzbekistan ... A wonder of a thousand and one nights…




Nos empezamos a despedir de Kirguizistán: ¿no os parece maravilloso? Y éste es un país que no pide visado…




¡Primera mezquita, primer pasmo! De la naturaleza a la cultura…








Nos dejan llegar con Canelo hasta el mismo mausoleo de Tamerlán. Dormimos a cien metros de aquí… ¡Genial!




Y seguimos con la boca abierta… La coquetería de estos templos es casi de Sala de Fiestas…


PERO ANTES DE LLEGAR A UZBEKISTÁN OS TENEMOS QUE CONTAR CÓMO HA SIDO KIRGUIZISTÁN —no es país para saltárselo—. 



Aquí dormimos la primera noche…



Y aquí comimos unos días después. Hemos pasado de un desierto seco a un entorno alpino y húmedo. Nos sentimos en plena forma. 




Este pobre no paraba de llamar a la madre…




Y este camión viajaban los que probablemente le habían llevado hasta allí…




¡¡¡ EL  YETI !!!




¡Viajes… Qué paisajes! 




Los montes de terciopelo…




Y el lago Kara Kol… Así se llama… Lo rodeamos por las dos orillas. Precioso y solitario. Un paraíso…




Parte de la ruta. 




Cementerio musulmán al borde de la carretera…




Ascendemos a un monte con Canelo: arriba nos esperan unos nómadas con una yurta en la que pasamos la noche. Aquí hubo que pagar: 5 dólares cena, yurta y desayuno… La conversación con los pastores fue lo mejor… Y gratis…




Unas toilettes con vistas… ¿Habéis visto algo mejor?




Llegamos a Oss. Y de aquí a Uzbekistán.

Uzbekistan continued ... Yes, this time you'll see it for good… A real wonder…







Aunque nos recibió un fortísimo siroco pocos kilómetros antes de llegar, Samarcanda ha sido una de las joyas del viaje.









Hacía calor, pero nada comparado con lo que será luego Irán; allí llegamos a los 51 grados…









Las Mil y una Noches…










Como ya estamos en junio, empieza a haber turismo local. Los chavales ya están de fiesta…




La famosa Madrasa de los Tigres. Samarcanda. 




Uno de sus mil patios interiores. 







Sedas de Oriente.















Una mujer uygur.







No es un mosaico sino una manta…









Y de nuevo el desierto.




Buen sitio para dormir…



Fijaros bien en esta imagen…



Tiene sorpresa… Lo que demuestra que siempre hay que tener cuidado. Este conductor debió de verse arrastrado varios días antes. El coche estaba encallado en las rocas, y junto a la carretera había una gran grúa esperando a que viniera el operario encargado de sacarlo del río… ¡Ojo por donde vadeas: mira el caudal, la velocidad del agua, el punto de entrada, el de salida, calcula antes de meterte en el vado la trayectoria que vas a seguir, qué marcha te conviene meter (no cambies nunca en mitad de la corriente, así que elige bien, en principio una corta, pero no demasiado —depende un poco de lo pegajoso que preveas que puede estar el fondo; la segunda corta iría bien en la mayoría de los casos; si no tienes reductora ni lo dudes: primera, y mejor no te metas sin un 4x4), etc…—




Camino de Turkmenistán…
 

V) Samarcanda -  Isfahán (Irán)
—Entramos a Turkmenistán… Un país prohibido… Pero maravilloso…


Bienvenidos a Turkmenistán…










Mezquitas impecables bajo un cielo de metal…







Como tantas veces, nos sorprendió una boda…




Los templos ortodoxos son una prueba de tolerancia religiosa…




¡Y qué fresquito hacía dentro…!




No hay nada como el desierto…




Creía estar en una película… —o en otro planeta…




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Como éste es un viaje diferente, hemos decidido ir contádolo poquito a poco, etapa por etapa, a medida que vayamos encontrando cafés Internet en ruta (aunque no habrá demasiados, como veréis si seguís leyendo). Lo haremos como una especie de Cuaderno de Bitácora, o sea, un diario de a bordo en el que contar lo que vaya pasando y poner algunas fotografías. La verdad es que esta vez más que nunca el viaje promete…

¡¡¡ DESEADNOS SUERTE !!!


Llevamos viajando «en serio» desde el año 2002, hasta que en 2008 decidimos dar la vuelta al mundo en 4x4. Sin dejar de viajar, tardamos tres años en planearlo todo, importar un coche africanizado y sin electrónica de Japón y acondicionarlo para un viaje largo. El objetivo era viajar con discreción y seguridad. En 2011, con el coche preparado, hicimos una primera «prueba»: dos meses y medio recorriendo los fantásticos desiertos de Marruecos, el Sáhara Occidental y Mauritania. En 2012, cruzamos en setenta días el sur y el centro de Europa. Y en 2013 emprendemos la Primera Gran Etapa de nuestro viaje alrededor del mundo, por laRuta de la Seda, desde España hasta el monasterio ortodoxo de Sanahín, en Armenia, pasando por las escaleras del Potemkin de Ucrania, los jardines de Sebastopol, el Delta del Volga en Rusia —un paraíso estival para los flamencos—, la Reserva Natural de Barsakelmes, en Kazajstán, el Cosmódromo de Baykonur, las ruinas de Sauran en el valle del Syr-Darya —las mejor conservadas de la antigua Ruta de la Seda—, los castillos de la antigua Susa en Irán…

 

El viaje estará saturado de encuentros con culturas y paisajes, y os iremos relatando las costumbres, artesanías, cuentos y leyendas que nos vayan refiriendo los locales, que practican la hospitalidad de un modo que ni siquiera imaginamos. En la ciudad de Turkestán, peregrinaremos al mausoleo del primer gran santo sufí musulmán —Kozha Akhmed Yasaui, de 1103— y descenderemos a la mezquita semi-subterránea del siglo XII. Fotografiaremos las Ruinas de Otrar, ciudad construida por Gengis Khan para abastecer a los viajeros de la Ruta de la Seda.

En Shymkent nos relajaremos con su famosa cervezaShymkentskoe Pivo, y buscaremos una alfombra voladora en el Bazar Samal, vestigio de las Mil y Una Noches.

 

Hay mucho más, pero es imposible resumirlo: elParque Nacional de Sayram Ugam, el cañón de Kaskasu, las gargantas del Ak-Mechet y el lago Susingen en Kazajstán.

La catedral de San Nicolás, que rivaliza con la de San Basilio de Moscú. Los baños de Arasan, elMercado Verde y las mezquitas de las ex-repúblicas soviéticas habitadas ahora por mujeres tapadas de pies a cabeza.

El Parque Nacional Ile-Alatau, con su lago de aguas turquesas únicamente visibles en junio (cuando vamos nosotros), época en la que se puebla de aves.

El observatorio astronómico de Tian Shan, perdido en la cima de un bosque de coníferas, a casi 3.000 metros de altura.

Tashkent, en Uzbekistán, en cuyo casco antiguo se extravía fácilmente el viajero (como en la medina de Fez) antes de comprobar que las familias locales te invitan a comer, cenar y dormir en su casa, con patios asombrosamente similares a los cordobeses, el Bazar Chorsu, la madrasa Kulkedash y la mezquita de los viernes (llamada Juma), encaramada a una colina desde la que se domina el mercado. El complejo religioso deKhast Imon. El Mausoleo de Yunus Khan.

Samarkanda, la Necrópolis Shah-I-Zinda, el Mausoleo Gur-e-Amir, la tumba del profeta Daniel, el observatorio de Ulubek, los barrios judíos.

Bukhara, la plaza Lyabi-Hauz rodeaba de árboles y fuentes. Los tres bazares cubiertos, el minarete Kalon, la madrasa Mir-I-Arab, que parece de oro a la puesta del sol, la tumba del Khan Ubaidullah. La torre del agua, los hammanes para tomar un baño y relajarse con un té de especias y dulces típicos en la Calle de la Seda

Khiva: el arco de Kuhna, el castillo y su Zindon(o cárcel), la mezquita de verano, el salón del trono, la torre del reloj. El caravanserai del Khan Allakuli, los baños de Anusha. Los suntuosos Palacios de Isfandiyar y Tosh-Hovli

 

TURKMENISTÁN

Antigua ciudad de Merv: castillo y mausoleo del Sultán SajarGonur Depe, mezquita de Anau, Ashgabat, Nokhur.

El lago subterráneo de Kow Ata, las ruinas de Nissa, el cementerio sagrado de Qyz Bibi y su santuario dedicado a la patrona pre-islámica de la fertilidad.

El lago salado de Mollagara. Balkanabat y elCañon Yangykala, las llamas eternas del cráter de gas de Darwaza, cruzando el desierto de Kara Kum

 TEMA VISADO de TURKMENISTÁN: ¿muy difícil? Un poco, pero no imposible. Recordad que estos viajes son de exploración, así que hay que currárselos un poco: hay que ponerse en contacto con la Embajada en París: 

Turkmen Embassy in Paris, France

13, rue Picot
F-75116
Paris
Phone:+33-1 47550536
Fax:+33-1 47550568

Te dirán que no se puede ir sin guía: es obligatorio: pídeles una lista de las agencias que te pueden proporcionar un guía y una LOI (letter of Invitation=indispensable). Luego ponte en contacto con ellas y escoge una: la nuestra se llamaba Owadan. Después diseña el viaje que quieres hacer y pelea por el precio: el primero será muy alto, pero si rascas un poco de aquí y allá podrás reducirlo en un 25 % aprox. Un buen punto de partida es pedir 15 días todo incluido. Solicita que el guía viaje en tu coche: te ahorarrás el coche de apoyo (una pasta), o pilla un avión y ve con el coche de la agencia (4x4, of course). CXerciórate de que el precio lo incluye todo: recargo por gasoil barato (como el precio es bajo debido a que lo subvenciona el estado Turkmeno con los impuestos de la gente de allí y tú no has cotizao allá que se sepa, pues te lo cobran: aun con todo el gasoil te saldrá tirado). En esta 
páginaencontrarás un documento con los precios de los carburantes de todo el mundo (actualizado) (busca: "Ésta es una lista actualizada de los precios de carburante en todo el mundo: pincha aquí"). Pide que se incluya también la cuarentena del vehículo (inspección de una hora o así para ver que no llevas animales, insectos ni plantas extrañas, ni armas ni drogas ni millones de euros… Los visados, el guía, el tour, etc. todo. Di que el guía come de tu comida y te ahorrarás que se ponga unas dietas de carallo; en fin, esas cosas. Ojalá os animéis. 
También podéis ir sin guía, pero entonces tenéis que pedir visado de TRÁNSITO y como máximo os darán tres o cuatro días: os vale para cruzar Turkmenistán pero no para verlo…

TEMA: MOSQUITOS EN ZONAS ÁRTICAS
Nos cuidaremos de los mosquitos, evitando en lo posible la mierda de yak (el remedio que se usa en la zona)… Supongo que habrá repelentoles locales, porque nuestra experiencia en África (y en Finlandia, por cierto) es que los repelentes de aquí se la refanfinflan a los chupópteros, yo creo que hasta les atraen. En Noruega pillamos unas latitas de crema lapona, una especie de "nivea" negra que huele a humo de hoguera y es muy efectiva. Lo malo es que hay que echársela cada poco, unas dos horas más o menos, de modo que por la noche no vale. Tenemos un mosquitol eléctrico en el coche y hasta ahora nos ha bastado, pero sabemos por experiencia que en latitudes muy septentrionales los mosquitos tienen poco tiempo para hacer todo lo que tienen que hacer antes de que vuelva el frío y son como kamikaces. Van en plan Banzai!!: "ahora o nunca", así que al final hay que resignarse…
Pienso que Turkmenistán está intentándo abrirse un poquito, dado el empuje de China y Mongolia, que están activando un poco el turismo en la zona. Los franceses y los alemanes viajan mucho por estos lares. A nosotros nos gustaría elevar el listón de la presencia peninsular por allá. Vale la pena: los sitios son espacios de libertad (al menos no teniendo que sufrir directamente al dictador, es cierto), y la gente suele ser maravillosa…

IRÁN

Atravesamos de punta a punta el Gran Desierto Salado de Kavir-e Namak, dejando al oeste el desierto de Dasht-e-Kavir y al este el de Dasht-e-Lut, jalonados de castillos medievales del siglo XII, totalmente abandonados en los que podremos incluso dormir. Iremos a Shiraz, a Bam —la ciudad de barro destruida por un seísmo en 2003 y hoy reconstruida por los locales—, al extraño pueblo escalonado de Massuleh, donde el techo de las casas es la calle del nivel siguiente, a los jardines de Mahan

Y a Mashad, la ciudad más sagrada de Irán, el monumento que conmemora el martirio de Iman Reza, lugar de peregrinación. A la cafetería Vitamin Sara, dezumos y helados y el famoso postre Maajun, conpistachos, helado, nata, plátano y miel (!!)

Meybod: templo de Zoroastro, a Kerman: con sus jardines colgantes, a EsfahanPersépolisChoqa Zambil, con su imponente Zigurat, padre de todas las pirámides. A Bisotun, con sus inscripciones de Darío, aNaqsh-e Rustam y Naqsh-e Rajab, cuna del zoroastrismo, a Bishapur y Taq-e-Bostan, con sus célebres relieves esculpidos de Ahura Mazda,Zoroastro y la derrota del emperador Valeriano —disecado y convertido en escabel para su caballo por el Gran Sapor I— y un Hércules griego tallado en la roca viva. Al templo de Anahita de Kermanshah, al Castillo de Qal’Eh Rudkan, situado en plena selva y digno de una espesura vietnamita…

Como veis no nos van a faltar argumentos ni imágenes con los que despertar nuestros sueños más disparatados…

DÍA 28 DE MARZO 2013

HOLA A TODOS !!!! Ya estamos en capilla. A punto de iniciar UNA PRIMERA GRAN ETAPA POR EL ASIA CENTRAL. Por fin hemos superado el lío absurdamente horroroso que es esto de viajar por cauces que no sean de pre-lavado, centrifugado y desagüe… ¡Menuda odisea!
Visados «físicos» y virtuales, quisquillosidad funcionarial, malabarismos con los plazos, diseño de la ruta (para indicarla en los formularios), apuesta por unas fechas (para que el clima nos respete), guías obligatorios, cartas de invitación, visados de «pre-pago» (el de Irán, que solicitaremos en la embajada de Irán en Ashgabat con el número de la aceptación pre-pagada), la ITV, el carnet de pasaje, dos seguros médicos, un botiquín, cambiar dólares, revisar que todo funciona bien en el coche, llenarlo de ropa invierno y de verano, comprar víveres, escribir a los amigos, conseguir descuentos, dejar preparada la declaración de la renta, explicarle cosas al banco, conseguir mapas de esos países «tan raros» (y estudiarlos), decidir los sitios que no hay que perderse, quedar con los amigos y la familia, escuchar los consejos y recomendaciones de otros viajeros más experimentados… todo eso lleva un tiempo increíble… ¿Qué más? Ahí sí…, ¡trabajar! Verdaderamente agotador, si no fuera porque hace ilusión…

Dicho esto, la verdad es que estamos entre contentos y alucinados. Según se acerca la salida se nos aceleran las pulsaciones (¡aunque eso era lo que queríamos!). Supongo que nos sentimos como un alpinista antes de la escalada. ¡qué bien, pero quién nos mandaría meternos en este lío! Lo bueno es que, una vez empezado, el viaje se va desplegando solo. Salimos el día 1 de abril y volveremos, si todo va bien, para finales de septiembre (u octubre si en Teherán nos prolongan a 60 días el visado de 30 que llevamos desde aquí).


 
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Viajeros sin fronteras: por un mundo abierto en el que se reconozca la naturaleza pública del planeta y el derecho a circular por el globo; sin visados, sin fechas cerradas, con un carnet universal… Que nos controlen por satélite si quieren, pero que respeten nuestro derecho a viajar libremente: el planeta es de todos, no un cortijo de los Estados. Travellers without frontiers; for an open world where the public nature of the planet will be recognized with a global circulation right for everyone. Let's States cope informatically with criminals but do claim for your right to travel freely. Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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