Hola amigos!! Bueno, yastamos de vuelta! Este año hemos llevado al Canelo en Ro-Ro (que no es que se haya quedado roque, sino que lo hemos metido en un barco) hasta Zárate, Argentina; de ahí a Puerto Madryn por la costa, viendo ballenas entre otras cosas, luego por el Valle del Chubut, cruzando el sur del país de los tangos hasta Futaleufú, en Chile, y de ahí subiendo hacia el norte, por Chaitén (una maravilla como de la Era Secundaria, con helechos de 3 metros cuadrados, no exagero), pasando por Valparaíso, Viña del Mar y Antofagasta para llegar a San Pedro de Atacama, en pleno desierto y subir de los 2.400 metros de altura a los 4.900 del altiplano boliviano: Laguna Blanca, Laguna Verde y Laguna Colorada, con sus flamencos rosas; luego Laguna Escondida, el Bosque de Piedra, el Salar de Uyuni… Luego el Paso de Jama (alucinante), para regresar a Argentina, esta vez por el norte, y llegar a Purmamarca, Presidente Roque Sáenz Peña, Salta y Posadas, para luego enfilar hacia Puerto Iguazú y ver las cataratas (inconcebeibol). Luego a Concepción y de ahí a Paisandú y Colonia del Sacramento, ya en Uruguay…

Y seguid atentos a la pantalla, o sea a la web, plis… 




Unas cuantas decenas de kilómetros al sur de Buenos Aires, donde nos despide un aguacero fenomenal, la lluvia empieza a escampar, desaparecen los grandes edificios, los cinturones comerciales, el denso tráfico portuario y los barrios de chabolas en que se hacinan los peruanos, ecuatorianos y bolivianos llegados a la capital para intentar su sueño. El campo hace acto de presencia, como un recordatorio de que en la tierra no todo es ambición y ruido. El suelo está húmedo, empapado incluso, el barro hace derrapar suavemente a Canelo. Damos un paseo y cruzamos un puente de hierro abandonado que debe de tener más de un siglo, a juzgar por los remaches "a la Eiffel" y la densa capa de roña que lo envuelve. La imagen tiene cierto romanticismo. A nuestros pies discurre un riachuelo, y unos cuantos carneros pampeanos mordisquean la hierba rala. Entramos en la verdadera Argentina. 

 

 

 

Chile es una maravilla y Argentina también. Quizá Argentina sea más "Far West", al menos la parte sur, por el Valle del Chubut y todo el Chaco argentino, desde Salta hasta Salto (Uruguay), aunque también hay zonas agrestes, rocosas, en plan desierto de montaña, grandes praderas extrañas, flanqueadas por palmeras… Una maravilla. Chile tiene más de selva tropical fría, un Parque Jurásico húmedo y extrañamente verde, como de Chaitén a Puerto Varas (espléndida ciudad, o mejor dicho pueblecito —las ciudades están casi siempre, aquí y en todas partes… abarrotadas, sin más…). Ahí van un par de fotos de ese Chile de brumas y bosques animados…











Entrando al Valle del Chubut, y como os decíamos, es muy "Monument Valley", ¿no? 










¿Os acordáis de la foto del Canelo con los faros encendidos, justo un poco más arriba? Bueno, pues esto es lo que se veía enfrente —por eso el Canelo andaba con los "Eyes Wide Open"…




Por los vericuetos de los fiordos chilenos —de Caleta Gonzalo (precioso sitio) a Hualaihué solo se puede ir en barco (la carretera se corta tres veces, lo que significa tres ferries, y en dos de ellos me dejaron coger el timón —como atestigua la foto de Bea—). 




Otra vista de las amplias vegas de montaña chilenas. Nos encantaron. 




Una maravillosa carreterita secundaria, en Chile, Camino de Temuco. Enchufamos ya al lejano norte chileno, donde todo se vuelve desierto y minas de cobre. Allí comimos con los mineros, en un comedor de trabajo: comida casera y charla amistosa. ¡No sabéis lo bien que nos reciben en toda América del Sur, sobre todo en Argentina y Chile, sin olvidar Uruguay! 





¡A Dalí se le cayó esta barca en una caleta chilena!




El pueblo de esta foto está en un remanso de paz. Y hacía un día espléndido.




También hay un Chile de azufre y nieve, claro; posiblemente el más espectacular… Desayunamos en una cafetería que está justo enfrente… Acababan de abrir; un día de invierno claro como el cristal; chocolatito caliente frente al volcán, en el que todavía humean los coletazos de su erupción de 3 ó 4 meses antes. La camarera nos dijo que del patio del restaurant habían sacado 30 camiones de gravilla roja (lapilli, supongo); todos los campos de los alrededores estaban cubiertos de la misma ceniza granate, a la espera de la primavera…




Camino de la Roca del Águila. Esto es un Parque Nacional. Estaba abierto, pero no había nadie. Las huellas que están delante de Canelo son nuestras: volvimos sobre nuestros pasos un par de veces, pensando si debíamos esperar al guardabosques o qué… Al final salió un tímido solecico y comimos al borde del parque. De guarda nada. Solo acabamos viendo a una familia local que también hacía una excursión de invierno, como nosotros…




La prueba de que íbamos abriendo pista…  




Remojón, remojón…



Costa de Puerto Varas: a la derecha del promontorio hay un volcán nevado (pero no encontramos la foto) y justo al otro lado del espigón una cafetería a la europea con unos cafeses…



Este célebre monumento está en pleno desierto, no muy lejos de San Pedro de Atacama, al norte-norte de Chile, camino de Bolivia. Es un hito codiciado por muchos viajeros.



¿Por qué viajáis, dejando las comodidades de casa…? ¿Por qué ese ansia de camino, de libertad, de aventura? Por cosas como ésta… 



Y ENTRAMOS A BOLIVIA…







El bosque de piedra… Con el mal de altura no nos acordamos demasiado bien. Tanto mascar coca… Un lugar encantado…




El plato fuerte boliviano, con su espléndido altiplano de 4.990 metros de altitud, es sin duda el Salar de Uyuni. Os lo presentamos en unas cuantas imágenes. Ya os hemos comentado que perdimos fotos en este viaje. Faltan por ejemplo las de Laguna Colorada, Laguna Blanca, Laguna Verde, los géiseres de barro, el hotel de sal donde dormimos cerca del salar —donde todo es de sal: paredes, techo, camas, suelo (andas descalzo por una especie de arena blanca que… es sal, efestivamente)—, las magníficas praderas surcadas por riachuelos y pobladas de llamas y alpacas, la Laguna Escondida (un espaciop verdaderamente recogido que te lleva como al Pleistoceno…), la ciudad de Uyuni con sus bares y terrazas cerveceras, los pueblecicos perdidos entre las quebradas de la meseta, las fiestas populares, repletas de colores charros, pancartas y charangas, las aguas termales del desierto…, en fin muchas maravillas muy recomendables…

La "Isla de los Cactos". En pleno centro del Salar. Ver amanecer aquí es un verdadero privilegio… Inolvidable. 







La foto no me hace justicia… (Pero ya te la harán, ya; que decía el otro…)




El salar desde el coche: quedaba poca batería en la cámara y por si acaso sacamos ésta… 




El coche de nuestro guía boliviano. Canelo se quedó en San Pedro de Atacama. Nos habían exagerado las dificultades de Bolivia: que si 25 bajo cero por las noches, que si el salar es peligroso porque tiene zonas movedizas que se tragan coches y personas, que la "puna" te puede dejar lelo y desorientarte, que no hay carreteras ni indicaciones… El caso es que estábamos cansados por la altura y un par de meses de viaje que nos empezaban a pasar factura. Además, y aun descontando que las noches no fueran tan frías, la altura hizo que la Webasto calentara menos. Si normalmente al 1,5 (de 10) te asas en una noche fría, en San Pedro (que está solo a 2.700 metros) notamos que había que ponerla al 2,5, aunque las noches no debían de bajar de 2 grados, y que a pesar de eso el aire salía tibio (por la escasez de oxígeno) —la pregunta era: si realmente se desploma el termómetro y la calefacción estática no pita bien a 4.900 metros, cansados y apunados… Vale, mejor no jugar con la seguridad; así que cogimos un guía—. 




La foto con la que llevaba soñando desde la primera vez que vi el Salar en la tele… (O sea, soñaba con ir; la foto es solo una anécdota, pero ahí está, recordándome que sí, que cumplí el sueño…)







Éste es un cementerio de trenes, mucho más grande de lo que aquí se ve, justo a las afueras de Uyuni capital; vale la pena pasearse entre estos hierros retorcidos. Había un montón de chavales jóvenes columpiándose sobre la chatarra vieja. ¡Metáforas…!

  


A partir de aquí las imágenes son de nuestra nueva entrada en Argentina, desde Bolivia, camino de Uruguay…



Cerca de Purmamarca, a 120 kilómetros de Salta, viniendo de Bolivia por el impresionante Paso de Jama, a 4.500 metros de altura.




Iguazú: con tanta agua la vegetación triunfa…







Durante unos años fui profesor de francés. En el diccionario Larousse que teníamos en clase para las dudas había una foto en blanco y negro idéntica a ésta. Cuando la rutina me atornillaba la moral me prometía que un día yo habría de poner los pies en el mismo punto de vista de la foto… Et voilà…










Ya os digo: la selva pide paso…
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EGIPTO

 

Este año, y para que sirva de precedente, nos hemos escapado del frío invernal del hemisferio norte para buscar el calor y la belleza de Egipto (que a pesar de ser igualmente septentrional, tiene en diciembre un clima mucho más benigno, al menos de Luxor para abajo —o sea en Edfú, Esna, Isla Elefantina, Asuán, Abu Simbel…—, porque lo que es en El Cairo puede cascar una rasca más que notable: así vimos las pirámides y la Esfinge, entre nubes y claros y con el abrigo bien calado —cosas veredes…—. 




Abu Simbel, evidamman…