Vuelta al mundo - Bélgica-Islandia-Sicilia 2014 |
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A TODA COSTA
Francia, Bélgica, Holanda, Alemania,
Dinamarca, Islas Faroe, Islandia, Italia, Sicilia
Dos países nuevos: Bélgica e Islandia
Hola amigos! Acabamos de volver de este viaje atípico, de norte a sur, del frío al calor, del peinado Reikiavik a la caótica Catania…
Nada más llegar a las Islas Feroe nos recibe un paisaje "dramático"… La palabreja no se nos cayó de la boca en toda la parte septentrional del viaje… Mola.
Esta es la primera catarata de Islandia. Hacía un día espléndido, aunque en diez minutos puedes temer todos los climas del año, variantes incluidas… Lo primero que os aconsejaría si váis a Islandia es que al salir del ferry no vayáis directos a Eglisstadir (todo el mundo va derecho allí para avituallar en el supermercado y es una locura: habréis venido a buscar soledad, ¿no? —bueno, pues en tal caso coged el primer cruce a la derecha, poco después de empezar a bajar hacia el gran río que os parecerá un lago: os librará de la marabunta y tendréis toda Islandia para vosotros…).
Parecen nubes, pero son OVNIS escondidos…
Aquí conseguimos dormir: preguntamos en la central geotérmica y el vigilante nocturno resultó ser un viajero, chiflado por los 4x4: nos enseñó un rinconcito genial con "yacuzzi" natural: un pozo de agua a 40 grados en pleno monte, todo para nosotros solos. Fue lo primero que hicimos antes de desayunar. Chupi.
Pero ojo, que no es éste el yacuzzi que digo. Esto es un pozo de barro hirviente: más de cien grados. Ni se te ocurra meter la mano.
¡Cuac! ¡Al agua patos!
Nuestro primer vado: nos parecía grande, pero pronto descubrimos que era de los más pequeños; en más de 50 ríos cubrimos los faros; en dos superamos el capó; diez o doce tenían más de 300 metros de ancho; en uno tuvimos que remontar la corriente, en medio del río, metiéndonos por la quebrada por la que bajaba el agua, porque la orilla era vertical y había que ir a buscar la salida unos 400 metros río arriba (afortunadamente no venía demasiado crecido); el mejor fue el último: cruzada de 300 metros con truco: métete 50 metros en perpendicular a la corriente, gira bruscamente (a ojo —nos lo habían explicado 90 kilómetros antes) a la izquierda aguas abajo (porque si no te meterás en una poza "muy profunda"), baja el río unos 200 metros hasta un palo ("debería estar ahí"), déjalo a tu derecha y gira en ángulo recto hacia la orilla, a otros cien metros de ahí … ¡y ya estás! —¡glup!
En total debimos de cruzar unos 100 ríos —tenemos el cupo completo ya—.
Llegamos a Askia, el volcán central de la isla.
Éste es el cráter que da nombre al parque natural.
Fijaros bien en los montes medio tapados por la bruma que hay al fondo. Dos días antes de que subiéramos aquí (Askia, es decir, cráter, o mejor dicho, caldera (volcánica) en islandés) 2,1 kilómetros de ladera de toda esa crestería se vinieron abajo. Generaron una ola de 15 metros de altura, que inundó parte del cráter que véis arriba.
Este helicóptero nos sorprendió en pleno paseo. No es que hiciéramos nada raro. Es que venía un equipo de científicos y de la tele islandesa para evaluar el movimiento telúrico que había provocado el gigantesco corrimiento de tierras. Dormimos en Askia. Al día siguiente cortaban la carretera por la que habíamos venido: se habían desviado varios ríos por el corrimiento y la pista estaba impracticable. Tuvimos que seguir viaje por otra pista. Fabuloso.
Fijáisus los cacho-cacharros con los que andan estos tipos… ¡Pequeñeces!
Francamente lejos de todo…
¡Cariño… He encogido al Canelooo…!
Ya nos habían hablado de los caballos autóctonos, pero esto es demasiado…
Estamos en Geyser, donde "vive" el padre de todos los "géiseres" del mundo, o sea, el que les da nombre…
Helo aquí… Es un poco menos regular que el famoso de Yellowstone (éste se despierta cada 15 minutos más o menos, pero pueden ser 17…)
Un maravilloso sitio para dormir (con Santa Webasto, claro…).
Por aquí se perdió un día Dalí, y ya véis la que montó…
El islandés es muy hospitalario y majete, un poco seco…
Otro bonito vivaque.
Si no nos gustara hacer el indio…
Una casa barbuda…
Sigue siendo Islandia, sí…
Sitios para dormir no faltan.
Oui, "sé muá"…
Nuestra penúltima noche en la isla…
Y de nuevo Dinamarca. ahora por la costa oeste.
Y saltamos a Sicilia… ¡Qué calooor! (Yupiiii…)
Barroco siciliano.
Corleone.
El verdadero.
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